19 de septiembre de 2008

¿Pienso, luego existo?

El pensamiento y la capacidad de raciocinio son las características principales que nos han destacado en el reino animal al que pertenecemos como especie, nuestras aptitudes físicas siempre han sido menores en comparación de otros animales, en especial de los grandes depredadores, así que se hizo necesario que como especie desarrolláramos más nuestro cerebro y nuestro ingenio para lograr sobrevivir, logramos tal éxito que hoy somos la especie dominante del planeta.

¿A qué viene todo este rollo? Pues a que he estado leyendo El Sentido de la Vida – lo recomiendo ampliamente – y he llegado a la conclusión que la frase de Descartes “Pienso, luego existo” ha sido la máxima que ha regido mi vida desde que me acuerdo, y creo que no con los mejores resultados…

El pensamiento, el análisis y el raciocinio han estado presentes en todas o casi todas las situaciones de mi vida, (bueno, menos en alguna que otra ocasión en que el alcohol fue más fuerte, pero ese es otro rollo :P), y hubo momentos en que, por pensar las cosas de más, terminé sin reaccionar a tiempo y perdí oportunidades valiosas de disfrutar más de la vida.

Sinceramente me siento un poco triste al recordar algunos momentos en que pude haberme dejado llevar, que importara que al día siguiente hubiera que pagar los platos rotos. Ahorita que ya casi terminamos en la escuela veo cómo algunos compañeros son grandes amigos, como se llevan tan bien entre ellos, como están juntos a pesar de que sus actividades del día a día no tengan nada que ver y no puedo dejar de sentir algo de envidia, creo que envidia de la buena, si es que existe.

Los que me conocen saben, y si no lo saben se van a enterar aquí, que dejo pasar mucho tiempo antes de abrirme a los demás, de hacer amigos; siempre trato de analizar a las personas antes de mostrarme como soy, lo que generalmente da la idea de que soy muy serio o muy creido o muy simple o no sé qué tanto más y, cuando por fin me decido a mostrarme como soy, son pocos los que me aceptan. Esto ha llevado a la conclusión lógica, tengo pocos amigos.

Esto no está tan mal, yo soy de los que prefieren calidad a cantidad; pero no deja de estar presente ese gusanito que me dice que también sería posible tener calidad y cantidad.

Mi forma de ser también se presenta en otros aspectos de mi vida, sólo por mostrar unos ejemplos, tardé como 2 semanas en decidirme por un modelo de computadora y, cuando no la tuvieron en la tienda, me tomó como otras 2 horas decidirme por la que actualmente tengo; cuando compré mi carro estuve un buen rato revisando los anuncios del autotrader y viendo los carros que estaban en venta en la calle hasta que por fin me decidí por uno , y así en muchas otras cosas… generalmente en los aspectos materiales no es tanto problema, es fácil conocer las especificaciones y compararlas, además el de la tienda te tiene que esperar el tiempo que te tomes en hacer tu decisión, para eso le pagan.

Pero en las relaciones interpersonales es un asunto completamente diferente, nadie trae una etiqueta con sus características ni está garantizado contra fallas, tampoco puedes llegar y decir “quiero ser tu amigo” o “quiero ser tu novio” de la forma en que llegas a la tienda y dices “quiero esta computadora” o “quiero esta cámara”, las relaciones están llenas de mensajes encriptados, donde un gesto, una palabra, la forma de decir algo, etc. lleva mucho más implícito que lo que aparenta ser y, tengo que admitirlo, mi nivel de empatía es casi 0… el tratar de entender que quiso decir con esa frase, que significa ese gesto, fue una sonrisa sincera o fingida, está platicando conmigo porque no le quedaba de otra, por compromiso o en realidad le intereso yo y/o lo que estoy diciendo, todo esto para tratar de pensar en ese momento mi reacción, que digo, que hago, me voy, me quedo, me acerco, aaah!!! tantas cosas que se juntan, que trato de analizar, de interpretar en tan poco tiempo que muchas veces simplemente me saturan, me paralizan y no puedo reaccionar, me quedo como baboso sin hacer nada, viendo como se escapa otra oportunidad y siento que me lleva la chingada cuando, ya en mi casa, sin presión y, por supuesto, sin la oportunidad de cambiar las cosas, de repente aparecen las respuestas que parecen perfectas, por lo menos en ese momento, y siempre queda la duda de cómo hubiera seguido la plática si lo hubiera dicho en su momento, hubiera funcionado o no, le habría agradado el comentario o pensaría que estoy medio wey… las dudas, las malditas dudas que no me dejan estar tranquilo…

Debajo de esa apariencia de calma y serenidad con la que generalmente me presento al mundo están un mar de dudas y de miedos, de inseguridades y de debilidades, de falta de entendimiento del mundo que me rodea, donde hay una vocecita en mi cabeza que no se calla, que me pide revisar las variables, ver las posibilidades y analizarlo todo una y otra vez, pero que no me puede dar las respuestas a tiempo…

Al escribir todo esto me doy cuenta que mi miedo sale a flote, disfrazado de muchas formas, pero que creo – estoy seguro - que es uno solo: el miedo al fracaso. El fracaso en cualquiera y en todos los aspectos de mi vida, en la escuela, en el trabajo, en la familia, en el amor… miedo a pasar una vida en la mediocridad, sin grandes éxitos ni derrotas, sin grandes placeres ni dolores, sin brillo ni sombra… una vida en la opacidad que sólo puede ocasionar la parálisis por el miedo…

Dicen que para solucionar cualquier problema primero hay que saber que el problema existe, creo que hoy ha sido mi terapia de conocimiento, por primera vez pongo por escrito mis temores, por primera vez acepto públicamente mis traumas, por primera vez muestro mi verdadero rostro al mundo… no sé que vaya a pasar, como vayan a reaccionar los que me conocen ante este escrito, ni siquiera sé si lo van a leer o no, pero lo tenía que decir… ya no podía seguir sin hacer nada, ya no podía seguir así…

Este es, por mucho, el escrito más personal y honesto que he hecho en mi vida y, por lo tanto, el más difícil de publicar, pero esa era una de las ideas que tenía al iniciar este blog, poder decir lo que pienso, poder decir lo que siento…

Y pensar que lo que originalmente quería escribir es que me gustaría poder pensar menos, o ya de plano dejar de pensar, aunque sea por un instante… pensaba escribir que me gustaría dejarme guiar más por la intuición y menos por la razón, que me gustaría que mis respuestas fueran más rápidas y mejores, que me gustaría poder interpretar mejor a los demás… que me gustaría saber o entender lo que ella piensa, lo que ella siente… en fin, todavía me gustarían esas cosas y otras más, pero hoy no lo pude evitar, hoy las palabras salieron sin mi permiso y tuve que controlarme para no borrarlas, tuve que armarme de valor para publicarlas…

Espero que me entiendan, bueno, en realidad espero que yo entienda que no sólo con reconocer que existe un problema éste se va a solucionar, hay que trabajar y buscar la solución… todavía no sé cómo lo voy a hacer, pero, por lo menos, ya estoy en eso…

Saludos.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

pues yo tambien soy un poco reservada para establecer amistades de inmediato, me toma mucho tiempo, y no puedo kitarme la costumbre de analizar a las personas arto antes de sikiera poderlas considerar amigos, asi q por ese lado te comprendo, y tampoco le veo nada de malo.


saludos

oriol dijo...

zonurcia, muchas gracias por tu comentario, se siente bien saber que alguien leyo mis lineas y se siente mucho mejor el saberse comprendido... muchas gracias, saludos