No sé...

No sé qué hacer… en mi escrito anterior traté de exorcizarme de mis demonios, de eliminar mis miedos, pero me he enfrentado al peor de ellos y fallé…

El miedo al fracaso ha provocado que en no pocas ocasiones me quede congelado en la inactividad, que me quede con las ganas de hacer algo, de decir algo… la baja autoestima genera dudas, las dudas generan miedo, y el miedo simplemente paraliza… por lo menos en mi caso.

No sé de dónde surja este problema, pero es una realidad. Varias veces me he propuesto pequeñas pruebas para ir eliminándolo, para tratar de confiar más en mi intuición, para tomarme menos tiempo en hacer decisiones sencillas, para tomar la iniciativa y no quedarme con las ganas de nada. Cuando son cosas materiales las que están en juego (un café, una comida, una camisa, un pantalón, cualquier compra) las cosas parecen muy sencillas, simplemente me recuerdo mi objetivo, respiro profundamente y actúo. Mis resultados han sido buenos, tengo un guardarropa que considero mejorado y he logrado compras de las cuales no me arrepiento.

El gran pero siguen siendo las relaciones interpersonales, por más que me recuerdo mi objetivo y por más que respiro profundo no consigo actuar. Sé que los resultados posibles son pocos, o me dice que sí o me dice que no o incluso puede existir un déjame pensarlo, pero no hay mucho más que eso… y aún sabiendo esto no he podido actuar…

Hace no mucho tiempo conocí a una joyita de mujer, por supuesto que no sé mucho de ella, no sé si tenga novio, si está buscando o si ya se decepcionó de los hombres, no sé gran cosa de cómo ha sido su vida, si ha sufrido, si ha vivido puros momentos felices, no sé si prefiere los perros o los gatos, no sé cuál es su color favorito, su flor/canción/película/serie/artista… favorita, por supuesto que no sé qué piensa de mí… en fin, tantas cosas que no sé de ella, pero eso no importó mucho para que casi de inmediato me deslumbrara/flechara/atrapara… no me pregunten porque, simplemente pasó.

Las veces en que he tenido el privilegio de platicar con ella, que considero muy pocas, la plática transcurre sin mayores contratiempos sí, y sólo sí, ella es la que lleva la iniciativa y yo solamente reacciono, pero cuando quiero- o tengo que- tomar la iniciativa, cuando quiero preguntarle si quiere salir conmigo, aunque sea por un café, es cuando viene la catástrofe… me paralizo, me trabo, no sé qué decir, no sé cómo decirlo, no sé que hacer…

Creo que al escribir esto estoy esperando una especie de milagro, que por algún azar del destino y/o por obra y gracia de Dios ella se entere de lo que aquí escribo, y pueda entender que es lo que siento, y pueda darse cuenta que es a ella a quien le hablo, y que me comprendiera y me ayudara, y me diera un empujoncito en el camino correcto…

Dicen que soñar no cuesta nada, también dicen que todo en exceso es malo, así que he llegado a la conclusión que soñar en exceso sí cuesta, cuesta el tiempo y la energía que podría utilizar en hacer que esos sueños dejen de serlo para convertirse en realidades… así que le bajare un poco a los sueños y me pondré a trabajar en cumplirlos… deséenme suerte. Cualquier ayuda será bienvenida.

Saludos.