La Fórmula de Dios.

La Fórmula de Dios es un libro escrito por José Rodrigues Dos Santos que trata, como su nombre lo dice claramente, sobre la búsqueda de la fórmula de Dios. La reseña oficial en la contraportada es:

“En una visita a Egipto, Tomás Noronha, criptoanalista y profesor de Historia en una universidad portuguesa, se ve abordado por una desconocida. Lleva consigo la copia de un viejo e inédito documento, y pretende que el historiador portugués la ayude a descifrarlo. El texto tiene un título tan sugerente como enigmático: Die Gottesformel, es decir, La fórmula de Dios.
A partir de ese momento, Tomás se ve envuelto en una sucesión de aventuras que le llevan a viajar por diferentes países y extraños parajes, desde Irán hasta el Tíbet. Su investigación, poco a poco, se dirige a perseguir las huellas de la fórmula más importante de todos los tiempos, obra de Albert Einstein; tal vez el mayor descubrimiento que cualquier hombre pueda hacer: la demostración científica de la existencia de Dios.
Basada en los últimos y más avanzados descubrimientos científicos en el campo de la cosmología, la matemática y la física, La fórmula de Dios nos adentra, a través de una trama vibrante y seductora, en un sorprendente viaje hasta los orígenes del tiempo; hasta la esencia final del universo y del sentido de la vida.”

Ok, después de las formalidades, mi opinión sobre el libro. Creo que intenta ser una gran obra, con una historia tipo Código Da Vinci, donde el historiador se ve envuelto en una trama de espías y organizaciones secretas, sin olvidar la infaltable historia de amor.

El problema, según yo, es que tiene tantos temas científicos, tantas teorías novedosas que son necesarias para tratar de explicar su visión y su teoría sobre la fórmula que la trama puede llegar a ser un poco lenta, incluso llegar a perderse. Esto no quiere decir que sea un mal libro, simplemente puede que, como novela, sea una novela regular.

Lo que hace que éste sea un libro muy interesante son precisamente las teorías y las pláticas entre Tomás Noronha y otros personajes, especialmente su padre, donde le explican el cómo y el porqué de cada una de estas teorías, hasta llegar a la conclusión de la prueba de la existencia de Dios y del propósito de la vida.

Por supuesto que estas conclusiones son debatibles, soy un creyente de que no existe una verdad absoluta. También creo importante decir que el autor afirma que todas y cada uno de las teorías presentadas en el libro son reales, por lo que se podría pensar que las conclusiones a las que llega son ciertas. Pero eso, como todo, es una decisión personal. Como dice el gran Jaime Sabines, “No quiero convencer a nadie de nada”.

En fin, es un libro recomendable si te gustan las teorías novedosas que tratan de explicar el porqué del mundo y el porqué de la vida, combinadas con una historia de espías, de suspenso y de amor.

Les dejo como bonus el poema de Jaime Sanibes “No quiero convencer a nadie de nada”.

Saludos.

“No quiero convencer a nadie de nada. Tratar de convencer a otra persona es indecoroso, es atentar contra su libertad de pensar o de creer o de hacer lo que le dé la gana. Yo quiero solo enseñar, dar a conocer, mostrar, no demostrar. Que cada uno llegue a la verdad por sus propios pasos, y que nadie le llame equivocado o limitado. (¿Quién es quién para decir esto es así, si la historia de la humanidad no es más que una historia de contradicciones y de tanteos y de búsquedas?)

Si a alguien he de convencer algún día, ese alguien he de ser yo mismo. Convencerme de que no vale la pena llorar, ni afligirse, ni pensar en la muerte. “La vejez, la enfermedad y la muerte”, de Buda, no son más que la muerte, y la muerte es inevitable. Tan inevitable como el nacimiento.

Lo bueno es vivir del mejor modo posible. Peleando, lastimando, acariciando, soñando. (¡Pero siempre se vive del mejor modo posible!)
Mientras yo no pueda respirar bajo el agua, o volar (pero de verdad volar, yo solo, con mis brazos), tendrá que gustarme caminar sobre la tierra, y ser hombre, no pez ni ave.

No tengo ningún deseo de que me digan que la luna es diferente a mis sueños.”