Un día como hoy…

Robándome Tomando prestado el nombre del más reciente post de Marthys prosigo a iniciar éste intento de post…

Un día como hoy pero del año 2007 (ese año cayó en viernes), aparecía en esta inmensa bloggósfera un espacio nuevo (por cierto con otro nombre prestado, ese de una historia de Catón), llamado “Líneas del Infinito”.

Ya tenía algún tiempo pensando en escribir un blog, pensaba que yo tenía muchas cosas que decir y opinar sobre todo, o casi todo. Y, aún más, pensaba que habría personas interesadas en leer mis opiniones. Siempre con la idea de no imponer mis puntos de vista sino simplemente exponerlos y explicarlos de la forma que me pareciera más adecuada.

Pero el tiempo pasaba (esa es su principal función: pasar), y yo no me decidía a iniciarlo, hasta ese viernes cuando apareció publicado en Frontera la historia de las Líneas del Infinito en la columna Mirador que escribe el señor Armando Fuentes Aguirre, mejor conocido como Catón, y me gustó tanto esa historia que me impulsó a darme de alta e iniciar éste intento de blog.

Fue tan fuerte el impulso que no se me ocurrió firmar ese blog como mi alter ego virtual desde hace unos 12 años “wizz”, y lo firmé con el nombre que me dieron mis padres, el no tan conocido “Oriol”. En ese momento no alcancé a comprender el impacto que esto tendría en el desarrollo del blog.

La gran diferencia radica en que wizz es alguien sin rostro, un ser virtual que puede hacer comentarios políticamente incorrectos, que puede criticar a diestra y siniestra sin pedir perdón ni permiso y, lo más importante, un ser al que solamente unos pocos asocian con éste que les escribe. En cambio, Oriol soy yo.

La desventaja de tener un nombre tan poco común, por lo menos poco común en México, es que es fácil relacionar ese nombre con una persona en específico. Fue principalmente por esta razón, junto con algunas otras entre las que destaca la desidia, que decidí moderar mis comentarios; esto provocó que dejara guardados algunos escritos ya saben, por el maldito “que dirán”. Sé que no es correcto, que no debe importarme las opiniones del resto del mundo (cómo si en realidad me fueran a leer), pero así pasó. La consecuencia fue que las líneas estuvieron a punto de morir al poco tiempo de haber nacido, traté de mantenerlas con vida publicando algunas cosas de puro relleno pero ya de plano no publiqué nada de abril a julio.

Lo que son las cosas, puede que haya sido por su nacimiento en un viernes 13, pero las líneas revivieron gracias a los zombis. Marthys me nominó a un meme de zombis y así las líneas reiniciaron su camino hacia el infinito. Ahora he tratado de ser más constante, mantener un rito de, por lo menos, un post a la semana. Por supuesto que no lo he seguido al pie de la letra, pero el esfuerzo se ha hecho.

Desde su resurrección éstas líneas me han llevado a terrenos un tanto desconocidos y que nunca pensé que recorrería. Fue como una terapia con el psicólogo, sólo que sin pagar y con un esfuerzo mucho mayor para decir lo que sentía y pensaba. Pero en fin, estas líneas están en ruta hacia el infinito y yo sólo soy un pasajero en su viaje. Espero que me sigan acompañando para que descubramos juntos hacia donde nos llevan estas Líneas del Infinito.

A continuación publico una vez más la historia a la que éste blog debe su nombre, espero que les guste.

Saludos.

Éstas eran dos líneas paralelas
enamoradas una de la otra.
Las líneas paralelas, según saben los geómetras,
no pueden unirse ni se unirán
nunca por más que se prolonguen
hasta el infinito.
Aquellas líneas paralelas, sin embargo,
se amaban tanto que esperaron a que los
geómetras estuvieran distraídos y entonces
se unieron. Para ellas el infinito llegó antes
de que ellas llegaran al infinito.
Los geómetras, desde luego, no creerán
la historia que he contado.
Pero los geómetras no saben muchas
cosas.
Y nunca las sabrán, por más que se prolonguen
hasta el infinito.

- Armando Fuentes Aguirre (Catón)